Creamos la fórmula que todos estábamos esperando: el retinol clásico, reinventado para minimizar la irritación. Strong can be gentle.
Sabemos que el retinol es uno de esos activos que realmente funcionan. No es nuevo; es un clásico de la dermatología, un tried, tested and true. Básicamente, es un ingrediente cell-communicating que le indica a la piel cómo comportarse de forma más joven y saludable.
Constancia: la clave para resultados visibles.
Pero hay algo clave para obtener buenos resultados con retinol: la constancia. Ahí es donde la mayoría de los productos con este activo fallan: suelen irritar, pelar y estresar la piel, lo cual hace que sea difícil sostener su uso en el tiempo. O bien, las concentraciones o la biodisponibilidad del activo son bajas, lo que disminuye la irritación pero también limita los resultados.
Muchas fórmulas sacrifican concentración (y, por ende, eficacia) para reducir irritación o utilizan derivados más suaves como el retinyl palmitate, a menudo presentados como de "liberación lenta", pero que en realidad son simplemente menos potentes.
Otro punto del que se habla poco es la estabilidad del retinol. Aunque menos inestable que la vitamina C, igual es difícil mantenerlo activo en un producto a lo largo del tiempo. Se sorprenderían de saber cuántos frascos que dicen "retinol" casi no tienen retinol real después de unos meses.
La máxima concentración. La máxima tolerancia.
En The Chemist Look elegimos otro camino: formulamos RETIN-E/L con la máxima concentración permitida de retinol cosmético (0.3 %), enfocándonos especialmente en cómo lo vehiculizamos y cómo lo estabilizamos. Creamos una base premium que no solo reduce la irritación, sino que aporta beneficios adicionales a la piel. No sacrificamos potencia por confort: logramos ambas cosas al mismo tiempo.
¿Cómo lo hicimos? Lo formulamos en escualano al 88%, un aceite biomimético ultraligero que la piel absorbe rápidamente y no deja sensación grasa (por eso lo llaman "oiless oil"). El escualano no solo es un vehículo ideal para el retinol: protege la barrera cutánea, reduce al máximo la descamación y aporta hidratación profunda. Además, es totalmente compatible con el manto lipídico natural de la piel, por lo que funciona incluso en pieles sensibles o acneicas.
Además, sumamos vitamina E biotecnológica, un antioxidante mucho más potente que la vitamina E convencional. Esto no solo potencia la acción del retinol contra el envejecimiento y el daño oxidativo, sino que ayuda a mantenerlo estable dentro del frasco.
Básicamente, RETIN-E/L ofrece todos los beneficios del retinol (mejora de arrugas, manchas y acné) sin los efectos negativos típicos de los retinoides. Porque usar retinol no tiene que ser un sacrificio.
¿Cuándo elegir RETIN-E/L y cuándo ácido retinoico de farmacia?
Hasta hace unos años, las fórmulas cosméticas podían contener hasta 1% de retinol, pero actualmente el límite permitido por ANMAT (al igual que en la Unión Europea) es del 0.3%. Aunque en principio parezca poco, honestamente creo que es una buena decisión: concentraciones más altas pueden convertirse en dosis demasiado fuertes de ácido retinoico en la piel, causando irritación intensa.
Si buscás retinol al 1% o superior, probablemente seas un buen candidato para usar ácido retinoico de farmacia y, en ese caso, lo ideal es que te lo recete tu dermatólogo. Pero la realidad es que no todo el mundo tolera el proceso de adaptación: mucha gente termina abandonando el tratamiento por la descamación, sequedad y sensibilidad.
Ahí es cuando RETIN-E/L se vuelve la mejor opción: ideal para quienes prefieren evitar el sensorial pesado de las cremas con ácido retinoico o quienes tienen piel sensible y seca y no soportan tratamientos agresivos. Además, como es tan suave con la piel, permite un uso más frecuente sin complicaciones.
En lo personal, uso RETIN-E/L justamente porque me permite usar retinol seguido, y eso en cosmética es clave: constancia sin estrés, mejores resultados asegurados.
Flopi.