- Hay cada vez más evidencia que prueba que los contaminantes atmosféricos (partículas y gases) dañan a la piel debido a que causan daño oxidativo (formación de radicales libres e inflamación).
- Si bien el mecanismo exacto no está bien establecido, se han descrito mecanismos indirectos (mediante activación del citocromo p450 por el receptor AhR) y directos (atravesando la epidermis).
- Los contaminantes consumirían entonces los recursos antioxidantes de la piel, propiciando la actividad pro-inflamatoria (lo que termina en daño a la barrera de la piel).
- Los rayos UV tienen un efecto dañino sinérgico al de la polución.
- A mayor concentración de ciertos contaminantes atmosféricos, mayor fue el número de consultas de pacientes por acné vulgaris.
- A mayor concentración de ciertos contaminantes, también fue mayor la secreción de sebo y el número de lesiones de acné.
- Sugieren limpiadores que eliminen la contaminación de la piel pero que no perjudiquen a la barrera.
- Recomiendan evitar productos tipo scrub tanto en el rostro como en el cuerpo.
- Sugieren complementar los tratamientos que incluyan Isotretinoína, retinoides y Peróxido de Benzoilo con hidratantes, para contrarrestar la sequedad que generan.
- Destacan la importancia de la protección UV como complemento del tratamiento antiacné, por la fotosensibilización que suelen generar los activos. Sugieren buscar protectores con FPS de amplio espectro (UVA y UVB), que no sean comedogénicos y que tengan una textura adecuada para pieles grasas.
- Describen las características de un producto de skincare para pacientes con acné: debe proteger de la polución formando una barrera, equilibrar el microbioma de la piel (para evitar la proliferación de P. acnes) y controlar la severidad del empuje y la pigmentación post-inflamatoria.